sábado, junio 04, 2011

RESULTADOS!

Vivimos en un mundo adicto a los RESULTADOS, si... a los resultados. Lo importante no es 2+2 sino 4. Ponemos demasiada importancia en el resultado final del esfuerzo sin reparar en cuanta energía se ha requerido para llegar a esa meta. Por ejemplo, todos conocemos el apellido del primer hombre que ha pisado la Luna, pero nunca reparamos en las centenas o miles de otros hombres y mujeres que fueron imprescindibles para que este individuo llegara a nuestro satélite. Sin la existencia de Yuri Gagarin y de los miles de científicos de Rusia y EEUU que crearon el proyecto espacial, no habría resultados, Armstrong no hubiera pisado la Luna, sin embargo ellos han pasado totalmente desapercibidos... nadie les recuerda. Es por eso que nuestra cultura es adicta a los resultados, al premio, al primero, al ganador, al que se adueña del resultado POSITIVO.

Es así, no importa si es justo o no... NO nos importa. Si... no importa cuanto un empresario haya empleado o arriesgado en su aventura. Si ha alcanzado el éxito y materializado su esfuerzo en resultados tangibles (riqueza, poder, abundancia, reconocimiento) entonces todos apreciaremos su entrega. Si por el contrario, no ha llegado a materializar esa energía en números tangibles, simplemente lo olvidamos. No es digno de nuestro reconocimiento y muere en el anonimato. Se convierte en un perdedor.

No me crees? Veamos otro ejemplo, para que los hermanos Wright lograsen que un artefacto creado por ellos mantuviera el vuelo cientos de ingenieros, científicos, inversores y entusiastas "fracasaron" lanzando sus inventos al aire sin lograr el éxito. Gracias a ellos, los hermanos Wright pudieron contar con las experiencias anteriores para lograr DAR RESULTADOS y poner el primer avión en el aire. A quién recordamos? Para quién erigimos monumentos y a quienes mencionamos en nuestros libros de historia?

Y la lista es interminable, las guerras entre países son el perfecto ejemplo de que la historia la escriben los vencedores. Los que dan resultados. La mayoría de conflictos bélicos que hoy aprendemos en nuestros libros de historia han sido escritos por aquellos que han resultado ganadores. Y que decir de los hombres ricos, realmente nos importa cómo han logrado obtener su fortuna? A quienes han tenido que untar con dinero para alcanzar favores o que han hecho para vencer a sus competidores?

Los resultados... esos resultados minimizan a nuestra civilización. Hacen que el FIN sea mas importante que el MEDIO, cuando lo que nos hace avanzar es todo lo contrario. El esfuerzo, la fe, la perseverancia, el entusiasmo, la entrega de cientos de miles de seres humanos que no han logrado o no lograron resultados subyace y apoya el éxito de quienes resultaron vencedores.

Imaginemos una sociedad que valore con la misma fuerza y cariño a todos quienes persiguen un sueño, más allá de que logren su meta o no. Que todos reconozcamos que la especie humana, al ser UN SOLO ORGANISMO, requiere de la participación y experiencia de todos y cada uno de nosotros. Que el fracaso es medular para que evolucionemos, para avanzar y para alcanzar nuestras metas. EL LUCHADOR es el gran héroe desconocido, es el motor de nuestra especie. Aquel que a pesar de no alcanzar sus metas, persevera hasta el último aliento que le queda. Ese hombre o mujer es el verdadero GANADOR, es el CAMPEON, es el regalo del que todos bebemos en nuestra historia.